miércoles, 30 de diciembre de 2015

El mañana

De Fariña al gigoló: llega la República Cheta.
Por @LíneaRotativa
“En una nación de estraperlistas,
contrabandistas, arribistas,
carteristas, futbolistas y polistas
de poco sirven los estadistas.”
Paco Jamandreu

Tony Blair cuenta que una vuelta estaba en un fassstuoso yate en la Costa Esssmeralda (Cerdegna, donde veranea Sholi).
Invitado por el dueño de la embarcación: nada menos que el premié italiano, il piú grande, il Cavaliere.
El hombre que salía y entraba del Quirinale como Pietro per la sua casa.
El fundador del conglomerado Mediaset.
El Mañeto de Italia.
Berlusssca.
Per gli amici: Silvio, a secas.
La nave se acercaba a puerto.
Habían pasado el día en altamar.
Silvio en sunga dorándose bajo los rayos del dios Febo.
Resulta que el magnate italiano acababa de hacerse unos injertos capilares y curtía una bandana floreada.
Para proteger el tejado de las radiaciones malignas de la citada deidad.
El cobar se acerca a tierra y divisan a la distancia que en la marina donde iban a atracar se habían apersonado docenas de paparazzi ávidos de material vendible a publicaciones amarillas y no tanto.
Silvio, presuroso, se manda para el camarote.
El PM británico supuso que il Cavaliere se iba a esconder.
O por lo menos a sacarse la bandana para ponerse algo más sobrio, discreto.
Un gorro de capitán, supongamos.
Un sombrero Panamá, una cachucha de béisbol.
Acaso un funghi dissstintivo del Milangli rossoneri, equipo del cual Berlusca es amo y señor.
No.
Ante la mirada atónita de Tony, Silvio apareció con una larga bandana de seda blanca brishosa, que le flameaba hasta media espalda y contrastaba con el profundo broceado de la operadísima facia del hombre más poderoso de Italia.
Una mezcla de Sandokán con Lawrence de Arabia y Danny de Vito.
Los flashes de los fotógrafos iluminaron el crepússsculomediterráneo.
Ahí caí en la cuenta de que nunca voy a entender la política ni la cultura italianas, suele repetir Mr. Blair a quien quiera oírlo.
Raro que Blair, un político sofisssticadísimo, no entendiera la lógica berlusconiana.
Su mente anglosajona se resiste a procesar la disonancia cognitiva que le representa la conducta de los italianos.
A ver, los hay quienes creen que Berlusca era una anomalía.
Muchos nunca comprendieron por qué cada escándalo lo fortalecía, de cada papelón salía airoso.
Bunga bunga con prostitutas menores de edad, negociados conla N’drangheta y la cosa nosssstra, divorcio farandulero, ex mujer dessspechada y vengativa, comentarios y gestos machistas.
Un esssscándalo tras otro.
Su cara cubierta de botox siempre sonriente, incombussstible.
Ninguna anomalía, chicas.
La conducta humana responde a causas y efectos que parecen contraintuitivos pero si se los analiza con inteligencia emocional muestran una literalidad manifiesssta y arrolladora.
Cada vez que en EEUU algún pistolero piantado amasija gente en un cine o un McDonalds se disparan las ventas en armerías de todo el país. 
Cuando un fumador ve una propaganda sobre tabaquismo, cáncer y enfermedad coronaria se le disparan la ansiedad y las ganas de fumar.
Cuándo Alemania fue derrotada en la primera guerra, los aliados suponían que cobrándole enormes reparaciones le impondrían un castigo ejemplar que terminaría de una vez por todas con conflagraciones masivas de este calibre.
Casi 100 años después muchos historiadores sostienen que las sanciones fueron tan exageradas y humillantes que practicamente empujaron a los teutones a una mentalidad de perdido x perdido de perfecta fertilidad para el Reich y los sucesos de los 30s y los 40s que todos conocemos.
Cuando la Revolución Libertadora quiso desacreditar a Evita frente al pueblo dessscamisado, no tuvo mejor idea que hacer un museo abierto al público para mostrar su joshas, sus vestidos, sus zapatos y el fasto en el que vivía. Paradójicamente, sólo logró engrandecer su figura y profundizar el cariño popular hacia la diva de los desposeídos.
Disonancia cognitiva los bochólogos llaman a estas aparentes discrepancias y contradicciones de la conducta (que no son tal cuando se entiende al sujeto y sus motivaciones).
Saltemos al pasado reciente: el caso a Fariña.
Mucho iluso supone que este chico con sus cuentos de cómo pesaban la guita que se choreaban Néshtor y los suyos hirió de muerte al Kirnerismo.
Nada más alejado de la realidad.
Todo lo contrario.
Millones de ninis vieron al enjuto wachiturro enrodeteadovenido a más paseando en Ferrari y follándose botineras de alto voltaje y se dijeron frente al espejo: sí, se puede, hay una esperanza, mi vida no es un desperdicio, todavía puedo dar el batacazo, sólo es cuestión de seguir ni laburando ni estudiando para que la oportunidad no me sorprenda ocupado o distraído.
Es como si millones de seminalfabetos vivieran según la lógica atribuida a Nelson Rockefeller: si trabajo demasiado no tengo tiempo de ganar dinero.
Papito, ese leit motiv sólo aplica cuando va de la mano de este otro: ganar dinero cuesta dinero.
Es decir, si sos Nelson Rockefeller tiene todo el sentido del mundo.
Si vivís en un monoblock del FONAVI, no.
El fenómeno Fariña en todo caso tiene una explicación bastante simple.
Como apuntábamos arriba, es menos disonancia cognitiva de lo que parece.
Es “la vida vicaria”: llenar los vacíos de la propia existencia conexperiencias vitales ajenas.
Dirían un techista moishe con consulta en Villa Freud o el ekekoDurán Garcathe man of the hour.
El enorme concepto cifrado en “la vida vicaria” podría resumirse así: cuando Willy Vilas se benefició a Carolina de Mónaco todos nos la follamos un poquito.
Berlusca es quien es porque a todos los tanos les gustaría ser tan sinvergüenzas como él.
Sólo que no les da el cuero o les faltan cojones.
La vida vicaria aplica al cuarentón con alopecia que curte el Rolex Submariner de James Bond pero en su puta vida hizo buceo o se folló una espía rusa.
Aplica a la señora gorda, fea, cornuda y casada con un político corrupto que pela la misma cartera Hermés que usa AmalAlammouni (la jermu de George Clooney) porque la vio en la revista de a bordo de Chagar Airlines volviendo en biznes de Camboriú.
La vida vicaria es la razón por la cual existen Susana Jiménez, Pampita y la nieta de la Chiqui Legrand.
Acaso fue también la razón por la cual CFK Argentina nos gobernó con supuesta mano férrea durante una década.
Estas mujeres tienen el descaro de vivir y pensar como hombres libres: cogen cuando y con quien se les da la gana, se pasan machos por la piedra y después les echan flit sin más, se visten como se les canta el orto, hacen guita y la gastan.
Tabúes inconfesables para la reprimida mujer argentina.
El el caso de CFK, se cargó a Néshtor cuando ya no le servía para su proyecto político.
La vida vicaria es a su vez la razón por la cual votamos compulsivamente a playboys calaveras de elocución balbuceante, formación académicoprofesional errática, flojos de papeles pero con egos insaciables y casados con MILFs que rajan la tierra.
En la República Checa votaron a Vaclav Havel, dramaturgounderground y autor de obras de teatro experimental seminales de la escena contracultural previa a la caída del muro.
En Argentina ahora somos La República Cheta.
La vida vicaria es ese curioso mecanismo pisicológico que nos pone eufóricos o depresos cuando once mercenarios millonarios a quienes nunca conocimos en persona ni nos atenderían el teléfono ganan o pierden un partido vistiendo los colores de nuestra preferencia.
Ver fútbol y decir “ganamos” es como ver pornografía y decir “garchamos” (cumplo en aclarar que la frase no es mía, palabra más palabra menos es una cita del semiólogo y escritor UmbertoEco).
La vida vicaria es también la razón por la cual muchos boludos creen que los pueblos son “libres” colectivamente versus en forma individual.
Patria libre y todos esos slogans para perejiles.
Cuba libre es ron con Coca-Cola, chicas.
LOL.
Siento decirles que la libertad sólo es individual, manga de forros.
Mucho cuidado cuando te hablen de libertad colectiva porque lo que quieren es limitar tu margen de maniobra.
Usarte, mandártela a guardar.
“La mayoría de los pueblos prefieren la seguridad y la contención de la tiranía por sobre la incertidumbre y la angusssstia de la libertad”, dijo nunca Jean Pol Sastre.
Los que dicen que quieren mejorar el mundo en realidad lo que ansían es dominarlo.
Los caudillos paternalistas que tanto conocemos en nuestros pagos.
En fin.
Ojo, la vida vicaria es acaso un mecanismo evolutivo de supervivencia y control demográfico de la madre naturaleza.
El planeta no resistiría millones y millones de sujetos con el apetito insaciable de un Silvio Berlusconi o un Ernesto Guevara.
El ecosistema terrícola necesita que la mayoría de los que lo habitamos seamos una subespecie invertebrada, dócil y baboseante sentada frente a una pantalla.
Una subespecie que cree que el derecho a sodomizarse mutuamente y fumar cannabis son altas conquistas sociales.
La epidemia de homosexualismo que hay hoy en el planeta responde también a esta lógica de control y purga poblacional: la madre natura se está comiendo la cría, está acotando selectivamente nuestra reproductibilidad, está podando brotes defectuosos para que crezcan sólo los más fuertes.
Si te insisten y te reinsisten que la sodomía es tan maravillosa, deberías hacerte este pregunta ¿quién no quiere que te reproduzcas y por qué?
Gracias a diosito, la vida vicaria también nos regala prohombres como el gigoló polista.
Qué coloso señoras y señores.
Un tipo que sacó número bajísimo en la lotería genética.
Un alfeñique contrahecho, exangüecon el comedorreconstruido en metacrilato berreta, medio gangoso, posiblehalitosis mórbida, cabesho sometido a un alisado químico pagado con Groupon, pilchas de falso polista compradas en La Salada.
Un cuatro de copas sin esperanza.
Todo pero todo en contra.
Salvo su tremendo coraje, su temple a prueba de balas, su enorme iniciativa para levantarse bagallos.
Una lección de vida.
Un self made man.
Un par de cojones.
Un über mensch niestzchiano.
El gigoló nunca quebrantó la ley, se limitó a jugar con enorme destreza las flojísimas cartas que le tocaron en suerte.
Le cantó quiero retruco a la vida.
Falta envido con 24.
El gigoló le permitió a importantes pejerreyes cumplir el sueño de salir con un polisssssta de la pseudoaristocracia nacional.
La vida vicaria.
Los argentinos tenemos mucho que aprender de “outliers” como Javiercito Bazterrica (supuesto nombre real de El Gigoló).
A ver, no pido que construyamos trenes de alta velocidad ni portaaviones.
No pido satélites u obras faraónicas de ingeniería.
No pido industria pesada o tecnología misilística.
No pido un Silicon Valley en Carlos Paz o un polo científico con un acelerador de partículas en Curuzú Cuatiá del tamaño de tres estadios de soccer bajo tierra para replicar las condiciones atmosféricas de la antimateria en el espacio exterior.
No perdamos tiempo en actividades que no sentimos ni nos interesan.
Somos una sociedad humanista y una economía extractiva.
Nos gusta ver llover y mirar cosas crecer.
Muy de vez en cuando arrendamos algún pedazo de tierra para que algún extranjero con iniciativa haga algún pozo y vea qué se puede sacar.
Pescar nos aburre.
Es una actividad para bucaneros de piel curtida.
Lejos está de ser nuestro metier, a juzgar por cómo dejamos que buques de cualquier bandera menos la celessste y blanca depreden nuessssstras riquezas ictícolas sin decir agua va, sin que se nos mueve un pelo. 
Nacimos espalda virgen y espalda virgen vamos a espichar.
Somos, en el mejor de los casos, una usina de bienes culturales.
Lo nuestro son los intangibles. 
El talento en estado puro.
El carisssssma.
Los barriletes cósssssmicos.
Como el Che, Borges, Cortázar.
Gardel, Cadícamo, PiazollaCalamaro, Cerati, el Gato Barbieri.
Fangio, Monzón, De Vicenzo, Manu, Diego, Leo.
Macoco Álzaga Unzué, Charlie Menditeguy.
Adolfito Cambiaso, Nacho Figueras.
Bergoglio, Moreno Ocampo.
Somos una cultura light.
Serás lo que debas ser o serás abogado.
tattoo artist, DJ, personal trainer, guionista de cine, creativo publicitario, panelista de TV, chef, profesor de Zumba, de reiki, de paddle o de kite surf.
O gigoló.
Somos vendedores de placebos.
Comerciantes de combussstibles essspirituales.
Aire tibio, humo y espejos son nuestra moneda de cambio.
Sprezzatura, savoir faire, glamour, je ne sais quois.
Eso que los italianos y los franceses hacen tan bien.
Nosotros estamos a años luz de los tanos y los gabachos pero con un poco de concentración podríamos acercarnos.
El enorme Alan Faena está imprimiendo guita precisamente con esta premisa.
Un ejemplo a seguir, Alan.
A ver, para que no me acusen de que tiro problemas sin aportar soluciones.
Hablando de oportunidades y ya que mencionábamos al gigoló, alias Javier Bazterrica.
Cada año en Argentina hay cuatro cinco torneos de polo que atraen forrrrtunas enormes.
Gente de guita que no tiene un carajo que hacer más que reventar la tarjeta viene todos los años religiosamente a lo profundo de Sudaquia a mirar muchachones subeducados de apellidos vascos cabalgar majestuosamente mientras le pegan a una bocha de madera.
Estamos hablando de turismo de guita.
Guita grande.
Muy grande.
Las marcas que patrocinan el polo son en algunos casos tan pero tan essssclusivas y prohibitivas que el hoi polloi nunca las escuchó nombrar.
Ejemplo: Garrrard (fabricante inglés de bisutería estratosférica para mujeres trofeo).
Esto ocurre frente a nuestras narices.
En Pilar, en Hurlimbam, en Palermo.
Somos un pueblo tan corto de ideas, tan parroquial, tan grasa, que hemos llenado el hipódromo de Palermo de tragamonedas (tragamonedas, papito, tragamonedas) mientras que a pocas cuadras está la plutocracia global sentada en un tablón comiendo garrapiñada y ni siquiera nos damos por enterados.
La oligarquía mundial está entre nosotros y les dejamos el negocio a los trapitos.
Entre esta gente que viene a ver polo hay un importante número de nuevos ricos que tienen dinero pero les falta pedigrée.
Ejemplo: Dodi al Fayed, el playboy egipcio que se pirovaba a Lady Di y palmó con ella en el accidente en París.
Dodi era hijo de un comerciante egipcio venido a más que se compró Harrods y el Ritz de París pero nunca pudo ser aceptado en la asquerosamente clasissssta aristocracia inglesa (bichos malos como ellos solos).
Créanme: si Dodi hubiera podido ser 10 de handicap en polo en vez de chingarse a Lady Di para ganar chapa en el jet set, hubiera elegido ser 10 de handicap.
Estos personajes arribistas tiene terribles complejos e inseguridades (a chip on their shoulder según reza la expresión en el idioma imperial).
Necesitan comprar pedigrée desesperadamente y están dispuestos a pagar lo que haga falta.
El polo es una oportunidad de negocio gigante, enorme, inconmensurable.
Total y absolutamente desperdiciada.
Una indusssstria sin chimeneas (perdón por el clisé).
Lo que nos gusta a nosotros.
Turisssmo, hotelería, bienes raíces, turismo médico, veterinaria, ropa, juegos de azar, prostitución vip de ambos sexos.
¿A qué me refiero con turismo médico?
A ver: la medicina argentina es muy razonable y estúpidamente barata comparada con países civilizados.
El abierto de polo podría ser un excusa para que las jermus de los plutócratas vinieran a recauchutarse, retocarse y lipoaspirarsesotto voce, con un módico tiempo de convalescencia en un clima agradable, sin que se sepa en su lugares de origen.
Cuando el Miami Heat fichó a Lebron James, el precio del metro cuadrado las torres residenciales de lujo adyacentes al American Airlines Arena (el essstadio donde el Calor de Maiami juega de local) se fue por las nubes. 
No quedó uno.
Las apuestas en el fútbol europeo son un negocio formidable (visitar BWIN.com, el sponsor del Madriz).
¿Por qué no hay un sistema de apuestas en el polo argentino?
Sería un negocio enorme, exponencial.
Multimillonarios midiendo poronga y dilapidando forrrrtunas, de las cuales cobraríamos una jugosa comisión.
Pero no, nosotros somos bingueros, tragamonederos del conurba, trapitos, cuidacoches.
¿Diosito mío, por qué nos hiciste tan opas, tan cortos de ideas?
No me canso de repetir: las secretarías de turissssmo de cualquier ciudad del mundo entregarían el orto por un calendario deportivo con este pedigrée.
Un parque temático dedicado al deporte de reyes.
Es como ser sede de un mundial de fobal o de un encuentro olímpico pero todos los fucking años.
Sin el turismo gasolero que sólo obtura el transporte público, orina en la vía pública y se alimenta de sánguches de fiambrínen bancos de plaza.
Repito: NY, Los Ángeles, Londres, París, Palm Beach o Mónaco pagarían lo que no tienen por ser sede de una cadena de eventos de paladar negro para gente de altísimo poder adquisitivo como es el calendario de polo argento.
Es una oportunidad fabulosa para comerle la billetera sin ajco a lo más granado de la plutocracia global.
Sin mala leche, atenti.
Ofreciéndoles el mejor servicio, la mejor essstadía, una experiencia para recordar y repetir año tras año.
Obvio, sin regalarles absolutamente nada. 
Que pasen por caja y garpen comme il faut, hasta el último centavo.
Ahora bien, resulta que el deporte ecuessssstre en nuestrosdiarios apenas figura en la sección deportiva.
Los medios no le dan cobertura.
Inexcusable.
Con mandar un notero y un camarógrafo a Palermo podrían conseguir material de sobra para llenar horas y horas de aire: ricos, famosos, jet set, farándula, minas, culos, autos, motos, lujo, imágenes espectaculares de unos animales altamente telegénicos.
El productor de TV que me diga que eso no garpa lo cago a trompadas.
En fucking Palermo, a pasitos de todos los estudios de TV del país.
Lo dicho: los costos de producción serían insignificantes y se conseguirían horas de material muy superior a los talk shows penosos que pululan el éter con putas y panelistas lobotomizados ocupando decorados de telgopor pintado.
Nuestros canales de TV pagan altos derechos de licensing para copiar formatos imbéciles como Bailando por un sueño o Master Chef pero tienen lo arriba descripto a cinco minutos de sus estudios y no lo ven.
¿En nuestro triste cabotash nacional el polo no vende?
Mentira. 
Se lo discuto a quien sea.
Aunque no vendiera localmente, estos contenidos se podrían exportar con altísima rentabilidad.
Docenas de canales de TV internacionales pagarían top dollar
Lo que pasa es que nunca nadie se ocupó de buscarle la vuelta.
Grandes partidos de repercusión global se juegan con los tablones semivacíos.
Nuestros presidentes no van a ver partidos de polo acaso porque son unos pardos sin arreglo.
Acaso porque ni se enteran.
O bien porque temen que ser fotografiados en un evento de chetos para chetos puede ser malo para su imagen pública.
Penoso.
Im-per-do-na-ble.
En fin.
En el peor de los casos ni siquiera hace falta entender las reglas: es fobal a caballo.
Un essspectáculo de destreza y acrobacia ecuessstre para toda la flia.
Sin barras bravas, sin corridas, sin gases ni balas de goma.
¿Que preferís: pasar un día al aire libre en paz con tus hijosviendo a los mejores jinetes y lo mejores burros del mundo o ir a que un vigilante de la montada te tire el caballo encima a la salida de un partido entrre 22 pataduras que están acá porque no los compró ningún equipo europeo?
¿No te gusta el polo porque está lleno de caretas y oligarcas?
¿Fuiste alguna vez o te lo contaron?
¿Sabías que lentrada cuesta lo mismo o menos que una unapopu para ver a un club grande o una platea en la cancha de un club mediano?
Nada, eso.
Somos un pueblo que no sabe lo que tiene.
Un pueblo miope, lelo, holgazán, negligente, ignorante, flojo, quejoso, indolentecortoplcisssstaconformista, cobardón.
Envidioso, resentido, acomplejado, perrodelhortelano, igualador para abajo. 
Carente de iniciativa, corto de ideas.
Todo nos ne frega, todo nos refala.
Las venas abiertas de Sudaquia nos muestran una realidad inquietante: no corre nada por ellas.
Nos falta temple, visión, disciplina, iniciativa.
Somos pésimos negociantes.
Si Manhattan estuviera en Argentina, en vez de haberla vendido por 14 dólares a los colonos europeos como cuenta la leyenda, los colonos nos hubieran cobrado los 14 dolaretes a nosotros por aceptarles el islote en consignación.
¿Cómo se explica?
Y sí, producir nos produce alergia.
Tenemos ADN de contrabandistas (la razón primera y principal por la cual existe nuestra querida patria como tal).
Nuestras elites son descendientes de culturas eurpoeasmarginales: inmigrantes vascos e irlandeses más algún terroneparvenú.
¿De qué se jactan los vascos, un pueblo que sólo se ha destacado por ordeñar vacas? dicen que dijo alguna vez Jorge Luis Borges.
Nuestra clase empresarial es una cohorte de estraperlistas.
Mutados en chacareros malacostumbrados, quejosos, taimados y tramposos.
Usureros, especuladores, cueveros y bicicleteros de la cityporteña.
Capitanes de industrias subsidiadas de diversa calaña.
Oxidadas empresas familiares asfixiadas en el nepotismo y loslitigios sucesorios.
PyMES incompetentes protegidas que no resissssten el más mínimo control de calidad.
Todo regado de minoristas y cuentapropistas pícaros que viajanMaiami a copiar ideas.
Nuestros trabajadores son una turba de lúmpenes a la deriva.
Aislados en el monte o bien hacinados en el conurbano.
Subalimentados a farináceos e intoxicados por el paco y el poxi-ran.
Mano de sobra incalificada y subocupada.
Orgusho vishero.
Ñoquis combativos.
Activistas y militantes de la vagancia.
Nuestras universidades están diezmadas, desinvertidas, superpobladas de estudiantes crónicos, cooptadas, infiltradas y a veces literalmente ocupadas por mafias, facciones y partidos políticos.
Nos jactamos de ser un pueblo levantisco y altivo pero en el fondo somos una banda de sumisos sí pachoncito para lo que guste mandar.
Focas aplaudidoras esperando el cornalito y una palmada en el lomo.
Hay quien dice que la indolencia la heredamos de nuestrosantepasado indígenas y del lumpenaje inmigante español e italiano.
Menefreguismo.
Rebeldía de brazos caídos.
La desobediencia por inacción que aplicaban los pueblos originarios cuando un curita jesuita les mandaba a picar piedra para construir un convento.
Estábamos bárbaro practicando el paganismo, comiendo lo que cae de los árboles y deambulado en pelotas, no vengas a rompérnoslas ¿sí?
El “ahorita” mexicano, que no es otra cosa que una manera querible de decirle esperá sentado” o bien fuck off” al patrón o a quien ocupa una posición de autoridad en determinado momento o lugar.
“Eréndira ¿ya sacó la basura? ¿cuándo va a trapear la cocina?No se olvide de sofreír los jitomates.
Ahorita.”
Antes de decir que somos diferentes que nuestros hermanos sudacas, recordemos que hace 60 años que Argentina no produce un escritor de renombre internacional.
Ah, pero nos jactamos de tener la mejor publicidad del mundo y de “exportar” creativos publicitarios.
¿Si la publicidad y los creativos argentinos son tan genios por qué no hay una sola marca argentina de renombre mundial?
Pero ni una, eh.
Nota el bies: 30% de nuestros estudiantes no terminan el secundario.
Somos un país adolescente, a la vez bendecido y acomplejado por una pija enorme, al que no se le ocurre mejor idea que encerrarse en el baño y matarse a pajas. 
Acaso por la culposidad y el fatalismo latinocatólico teñido de islamismo que nos aqueja.
Fatalismo no es pesimismo, como cree mucho subalfabetizadopor ahí.
Fatalismo es creer que el destino está escrito y que es poco o nada lo que podemos hacer como individuos para cambiarlo.
Fatalismo, filosófica y ontológicamente hablando, es lo opuesto a libre albedrío.
Es la misma razón por la que somos alérgicos al laburo: no creemos en el esfuerzo porque suponemos que no nos ayudará a lograr nada, ya que todo está predeterminado.
Laburar es inútil y por lo tanto indigno, humillante. 
La guita sólo se gana por medio de la suerte, el talento innato oel delito.
El comercio siempre es un abuso del prójimo.
Hacer un negocio con alguien es “cogérselo”.
En los negocios, como en el coito, siempre hay alguien que gana y alguien que pierde.
Alguien que goza y alguien que sufre.
Una violación consentida.
Hacer guita es un tabú cochino, tentación malsana y culposa que como tal ha de practicarse en la penumbra.
Negociar con un argentino es una cadena deprimente y frussstrante de indefiniciones, rodeos e indirectas.
Los números siempre se hablan al final, de pasada, entre dientes, y no hay vez que no se presten a malos entendidos.
Cobrarle una factura a un argento es una pesadilla.
El ritual está tan plagado de fricción, imprecisión, desconfianza, incumplimiento y frustración que a la larga todo queda en la nada y las más de las veces las partes quedan enfrentadas por una hostilidad irreparable.
Un autosabotash patológico, crónico, permanente.
¿Cómo se arregla este karmaeste atavismo, estos tiros en el piedeliberados y recurrentes que nos empuja a chocar el ascensoruna y otra vez?
Qui lo sa.
Con una guerra acaso.
Con cataclismo bíblico que nos sacuda la inercia y el sopor.
Un precio existencial demasiado alto tal vez para buscar esa grandeza que tanto ansiamos pero nos es esquiva.
O tal vez no la ansiamos un pomo.
Nos gusta así.
Echarle la culpa a los fondos buitres es mucho más fácil.
No obsssstante, volvemos a tener la suerte del campeón.
Atenti.
El contexto geopolítico y geoesssstratégico global vuelve a tirarnos un centro.
Europa vuelve a ser el continente demográficamente expulsor que siempre fue.
Un territorio inviable, vulnerable, acorralado, bloqueado, asediado y extorsionado por los cuatro puntos cardinales, sin recursos naturales ni solución militar.
Encima, el essstado de bienestar los transformó en una panda de cobardes sin cojones, ni siquiera para reproducirse.
Se avecinan conflictos jodidos en el viejo continente.
El intento desesperado –después de milenios de odio y matarse entre ellos- de formar un mercado común y una unidad política no está dando resultados.
Se les fue el tren de la hissstoria.
EEUU les va a soltar la mano y les va a dar la espalda en breve.
EEUU se reclinará en las tres Américas para blindarse de las esssquirlas de la implosión europea y la creciente prepotencia militar y económica de China e India (hogar de la mitad de la población mundial).
Muy pronto habrá un escudo antimisiles cubriendo el mercado común que habrá desde Alassssska hasta Tierra del Fuego.
Si es que no lo hay ya.
Contra los números citados arribita no hay ideologismos ni pollas, chicas.
Cualquier analista junior de think tank lo ve clarísimo.
Volveremos a ser un destino inmigratorio de europeos, asiáticos y acaso también africanos.
Vendrán a buscar refugio desde los cuatro puntos del planeta.
Muy pronto.
Simplemente porque la naturaleza aborrece el vacío y somos, literalmente, un territorio vacío esperando que alguien lo llene.
Hay que reforzar nuestras fuerzas armadas y de seguridad para lo que viene.
No para impedir el ingreso de inmigrantes o para reprimir.
De ninguna manera.
Impedir el ingreso de las masas inmigratorias que se vienen sería no sólo una cobardía moral y sino un suicidio geopolítico.
Es vital que llegue esa gente.
Ahora bien, no podemos aceptar millones de refugiados que se transformen en piqueteros crónicos o que se dediquen al crimen organizado.
No podemos darles un cheque en blanco.
Una fuerza pública profesional, equipada y seria resultaráimprescindible para administar, distribuir y organizar la llegada de oleadas de gente que pueden volver darnos masa crítica, mano de obra seria con ganas de laburar y un mercado consumidor de tamaño razonable.
Seremos el bastión sur –militar y económico- de este bloque de países de las tres Américas.
Volveremos a estar en el mapa.
Los kelpers van a pedir por favor que los dejemos ser argentinos.
Queda por ver si seremos socios de EEUU y Brasil.
O súbditos sí pachoncito para lo que guste mandar.
Chaucito.