martes, 31 de enero de 2017

Pasajeras en trance

No sé cómo por un trabajo que ella tenía que hacer tuvimos que volar a Francia.
Ella resolvió sus temas laborales en París y luego decidimos ir al sur. Recorrer bodegas, comer conejos, gansos y mil cosas más con unas salsas poderosas.
Alquilamos unas motos y visitamos castillos y pueblitos quedados en el tiempo. Una especie de Sillycon Valley pero de quesos y fondues. Casas de colores y viejitos amables que de tan apasionados en el fondo creo que estaban embolados.
Yo quería algo más Transilvania . Quería bailar con gitanos fuera de sí.
El concepto de tour culinario no es lo mío. Trate de convencerla pero ella estaba feliz sacando fotos de viñedos y parejas de viejitos.
Una noche me metí en internet e intente ver dónde había algo de acción. Algún castillo tipo la Historia de O, o mínimo donde se juntaban los fans del Marqués de Sade. Alguna máquina vieja de la Inquisiscion o similar. Terminamos en un bar SWINGER medio decadente. Me gusto enseguida.
Obviamente enseguida llamamos la atención de los parroquianos que andarían en los cincuenta largos.
Conocimos a Madame Rosy y luego de unas copas nos invitó a su casa. La única regla: ojos vendados y desnudas. Solo una capa nos cubría. Me calenté al segundo.
Intuí luz de velas y que varias personas nos miraban.
Madame Rosy me llevó a una habitación. Y otra persona se llevó a mi novia.
Me pusieron una especie de lazo al cuello con una arandela. Me acosté en una cama de piedra. El frío contra mis pezones me los puso de punta. Por los murmullos note que había mucha más gente en la habitación. Unas manos ásperas y arrugadas comenzaron a masajearme. Primero fueron dos, luego se fueron sumando. Todo fue muy gradual. Sabían lo que hacían. Cada tanto me preguntaba por mi amiga hasta que finalmente no pude más . Estaba siendo besada, chupaba y acariciada por todos lados. Luego comenzaron las penetraciones. Era como tener sexo con un pulpo. Creo que explote más de 15 veces. Hasta que caí rendida y unas manos jóvenes me bañaron.
Al otro día me junte con mi novia en el hotel. Y sin decirnos nada nos garchamos un año y medio.

viernes, 20 de enero de 2017

Dos chicas en Indonesia

Llegamos a Indonesia vía Europa en vuelo de Turkish.
Teníamos reservada una habitación en esas chozas sobre el agua.
Para llegar ahí metimos bondi, taxi y luego un barco.
Nos recibió un tipo en pollera y nos dio un trago de bienvenida.
Obvio tomamos mil tragos más y unos australianos nos habilitaron fasin y miramos como se iba el sol requete puestas.
Esa noche nos dormimos abrazadas luego de una sesión sexual más bien clásica.
Yo me desperté tipo 4 de la mañana porque soñé con no sé que bosta de que se estaba incendiando el pelo de mi abuela muerta adentro del jonca. Y obvio el jonca también se quemo y tenía que llamar a los bomberos y no encontraba el teléfono.
La mire dormir y me calenté un toque. Le hice un mimo para despertarla pero no acusó recibo.
Me fui a la compu y empecé a mirar fotos, leer tuits y esas cosas.
A la mañana un señor en pollera vino en canoa hasta la cabaña en el mar y nos dejó frutas, café y un champagne. Medió entonadas nos fuimos a nadar en bolas.
Vimos peces de colores y pájaros. A la hora volvimos a la choza y pinto el sexo. Ella después se puso a leer un libro. Le gustan unos libros imposibles. A mí me gustan los de espías internacionales que se van matando por el mundo. Tipo Jason Bourne.
A la tarde nos subieron a un barco lleno de europeos re pasados . Íbamos a ver focas o delfines. Más que eso enfocamos en unas suecas que se partían.
A la noche tomamos un extasís líquido y nos fuimos con las suecas a la selva. Había luna casi llena y obvio entre las 4 habremos acabado 70 veces siete.
Vimos la salida del sol desde la choza. Obvio alguien puso ese jazz semi tecno re pedorro pero estuvo bien.
Después despachamos a las suecas y me puse a escribir en la compu. Anotaciones random.
Me reía sola por qué me acorde que trate de explicarles la canción Puerto Pollensa.
CONTINUARA

jueves, 5 de enero de 2017

Foto en loop.

Un corazón que late. Onda todo el tiempo.
Bajar, bajar y más bajar.
Te acordas cuando eras joven?
Un circo antiguo era el reloj. Como sea siempre había un reloj dinamitando el tiempo.
Una manada de lobos helados ladrándole a una luna helada.
Todas tus cosas ahí juntas lamentándose todo el tiempo, parecía que algo podía llegar a pasar.
Casi asuntos de todo tipo y color estallando desde algún lugar y todo el tiempo.
Pasabas como el viento. Silbabas queriendo decir algo.
Alfombras de nieve insinuando.
Agujeros negros diciéndonos que el infinito se repetía una y otra vez.