Dady camina y escucha musica.
Sueña con Blade Runner y le pone canciones de Cash, Talking Heads y Lenny Kravitz.
Busca eliminar karma, busca iluminacion y busca formas de adaptar su mente para cuando su cuerpo caduque. Mucho Libro Tibetano de los muertos. Mucha verdad.
Tokyo y Dylan. Jorge Corona y el cubo magico: imagenes que lo guian.
Gente perdida que solo busca ser mejor.
Islas y planetas perdidos. Cafes y guitarras. Aviones perdidos. La Atlantida- Egipto y los Mayas-
Un sol reflejandose en una pileta muerta con zombies veloces.
Todo eso y mas.
Una vida sin dormir, una vida sonriendo porque si.
viernes, 24 de noviembre de 2017
domingo, 12 de noviembre de 2017
el viento
Como Leonardo Dicaprio en The Ravenant: me caigo, me hacen daño, me pongo de pie y vuelvo a caminar.
Las chicas siempre me dejan pero los amigos están.
El que tiene el temblor, el que patina la ciudad, el de los mil edificios y el que no encuentra donde laburar. El mozo y el que se viste de mujer de noche. El que escribe guiones y el que ya no está. El que ama el fútbol y el que odia la cuidad. El que vive en el mar y le enseña a sus pibes a surfear. El que viaja mucho y el que nunca salió de acá. Los amigos que miran la luna y aman meditar. Los que están enamorados de estar muriéndose y a nadie hacen mal. Amigos monógamos y amigos que solo estallan viendo a su mujer con otros estallar. Todos haciéndolo con todos re enamorados de la muerte. Una lotería de enfermedades tropicales. Amigos que venden y amigos que compran. Amigos pastores y amigos ovejas. Siempre todos enamorados de la muerte. Dicen cada cosa que no podes creer, recomiendan libros y países. Aman el cine. Aman morirse. Los amigos son más de mil y siempre están armando un rompecabezas difícil de entender. De repente llego a un estacionamiento.
Hablo con el tipo, que maneja el lugar, me comenta que viene de Paraguay. Y obvio es del club de los enamorados de estar muriéndose. A veces hace frío en octubre y la gente ama hablar del clima. Aman jugar al truco y aman la lotería. Aman perderse en Netflix y aman predecir cosas raras. Ovnis lamentables paran por combustible en una estación de la pana.
Y mientras tanto uno sigue al margen de la nada. Reviviendo escenas edulcoradas con gusto a nada. Recaer es bello. Recar es todo. Recaer es simétrico.
Tengo mil datos en el bocho. Creo que vienen de cuando niño y leía la Enciclopedia Británica. Los linkeo y los conecto, pero cada día que pasa más me olvido de la voz de los que amaba. Daría todo el tiempo que tengo para que en mi cabeza suene la voz de mi abuelo. Pero ya no soy nada. Soy el viento. Más me mareo más te siento. Soy el viento, soy el viento.
Las chicas siempre me dejan pero los amigos están.
El que tiene el temblor, el que patina la ciudad, el de los mil edificios y el que no encuentra donde laburar. El mozo y el que se viste de mujer de noche. El que escribe guiones y el que ya no está. El que ama el fútbol y el que odia la cuidad. El que vive en el mar y le enseña a sus pibes a surfear. El que viaja mucho y el que nunca salió de acá. Los amigos que miran la luna y aman meditar. Los que están enamorados de estar muriéndose y a nadie hacen mal. Amigos monógamos y amigos que solo estallan viendo a su mujer con otros estallar. Todos haciéndolo con todos re enamorados de la muerte. Una lotería de enfermedades tropicales. Amigos que venden y amigos que compran. Amigos pastores y amigos ovejas. Siempre todos enamorados de la muerte. Dicen cada cosa que no podes creer, recomiendan libros y países. Aman el cine. Aman morirse. Los amigos son más de mil y siempre están armando un rompecabezas difícil de entender. De repente llego a un estacionamiento.
Hablo con el tipo, que maneja el lugar, me comenta que viene de Paraguay. Y obvio es del club de los enamorados de estar muriéndose. A veces hace frío en octubre y la gente ama hablar del clima. Aman jugar al truco y aman la lotería. Aman perderse en Netflix y aman predecir cosas raras. Ovnis lamentables paran por combustible en una estación de la pana.
Y mientras tanto uno sigue al margen de la nada. Reviviendo escenas edulcoradas con gusto a nada. Recaer es bello. Recar es todo. Recaer es simétrico.
Tengo mil datos en el bocho. Creo que vienen de cuando niño y leía la Enciclopedia Británica. Los linkeo y los conecto, pero cada día que pasa más me olvido de la voz de los que amaba. Daría todo el tiempo que tengo para que en mi cabeza suene la voz de mi abuelo. Pero ya no soy nada. Soy el viento. Más me mareo más te siento. Soy el viento, soy el viento.
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