lunes, 8 de enero de 2018

2019

Llorar era un pueblo que quedaba abajo. Nada importaba. La felicidad era una sirena que te hablaba al oído que algo andaba mal.
Es como que estaban todos enamorados de morirse. Mostrándome el universo en un cubilete. Puros dados. Mostrame como lo haces y me subo a ese auto con todos con el pelo revuelto. Eras un sueño.
Cada día era una licuadora entre tus piernas. Vos tan suave y tan perdida.
Yo tan irresponsable. Navegando lo imposible. Siempre muerto. Lleno de agujeros. Con cicatrices frías como el Artico. Roto del todo.
Quiero amor en mis términos. Harto del tránsito y las bocinas.
Un amor que signifique nada, eso busco yo.
La reina del bluejean no se casa con nadie.
Se fue. Bailaba de la mano conmigo. Cantabas canciones imposibles. Autopista con luces. Invierno.
Ojos perfectos como París en primavera.
Otra cicatriz. Compartiendo con los cuervos paisajes desolados. Sangre y más sangre.
Mandíbula rota dibujando palabras rotas.
Modales extraños en fiestas extrañas.
Qué raro era dormir de noche comprando fichas en casinos que se venían abajo.
Todo tan cerca y a la vez tan lejos de mi mente súper ciega.
Perdido en el bosque, perdido en el bosque.
Me reinicio todo el tiempo. Todo el tiempo me reinicio.
Como un árbol en el mar, como una carta que no sabe nadar.
Viviendo en tu propio barrio privado. Tuyo y de nadie más.
Lanzando un misil, lanzando un misil.
Dispara que total es solo un test.
Diamante explota gracias a vos.
Lo que te da miedo te hace bajar la ventana y mirar el paisaje detrás.
Como un latido del corazón tratando de nacer. Imaginas una casa en Jamaica.
Caramelos se derriten en alguna tormenta .
Esperar.
Lucas pone música en un Mercedes Benz viejo.
SOS nafta en gotas quemándote los ojos.
Ya ni ves. Ya ni ves.
Para qué preguntas lo que ya sabes?

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