lunes, 27 de septiembre de 2021

nadar



 Nado y me olvido.

A veces digo.

Soñar con una música que son escalones.

Me distribuyo de nuevo. Lleno de pensamientos mi sala vacía.

Me interrumpo y me contradigo.

Bajo y me elevo cuando me acuerdo de los viajes en tren.

Me permito irme con los ruidos.

El origen del chirrido, los metales del mono, los espejos de colores, las interrupciones cíclicas.

De repente siempre es un alivio pensar en rutas nuevas, pensarse a uno en nuevas carreteras.

Perder la afonía, recuperar la vista para estrellarla contra un sol enorme, amarillo y demente que nos desequilibre de tal modo que las formas estallen en una sola cosa.

Partir.


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