Todolodá!

Puta casualidad, coincidiendo con nuestra contrafigura, también dijímonos adiós.
Atrás quedaron estupendas mañanas de díscolo entretenimiento y falta de rectitud. Potente narcótico, las hermanas me ofrendaron días en los que placer y reposo transformáronse en secular estímulo.
El regreso a la Flojita de Gatillo significó un estirado sinsentido. Realmente extrañaba a Daurade. Cuánto había significado esa muchacha entre tanta desgracia. Luego de la desaparición de Lito, sólo la presencia de la niña-culodebotella ablandaba la rigidez del horizonte.
Y también rígido fue el acostumbrado despertar junto al capitán Piedra Buena quien, con nuevo latigazo verbal, derrumbó mi falopeado universo amoroso con venenosa frase que ardió como nalgada: "Escuchemé pedazo de idiota, estoy cansado de decirle que el amor es burbuja de pedo bajo el océano. Si quiere hacer de su vida un buen viaje, tire el mediomundo y morfe de lo que todo el mundo descarta."