¡Sombra terrible de Roger
Milla, voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus
botines, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas
que desgarran las entrañas de un noble pueblo!
No soy Sarmiento sino un mamerto que morfa papas fritas
mientras mira el partido de Camerún. Más allá de la goleada por un equipo
croata lleno de jugadores con cara de miembros de algún escuadrón de la muerte,
veo a negros tristes.
Camerún sorprendió al mundo en Italia 90’ con una mezcla de
fútbol anarquista, inocencia y patadas criminales. Nos embocaron a nosotros que
veníamos de ser campeones del mundo con un salto de Omam Biyik de como 4
galaxias. Se dedicaron a pasarse la
pelota, tirar lujos sin responsabilidades, a veces hasta se olvidaban que del
otro lado había arcos. Pero, principalmente, regalaron patadas. Una en el pecho
a Maradona que fue una obra de arte. Ni que hablar de esa sinfonía a la
violencia innecesaria que fue esa carrera de Caniggia con dos patadas que no
llegaron a voltearon y una tercera demoledora que le hizo perder el botín al
camerunés. Roja y cara de circunstancia, de “me discriminan por negro”.
Eliminaron a los colombianos con Roger Milla, un casi cuarentón convocado por
presión del presidente del país, que bailaba un proto meneaíto en el corner.
Tuvieron contra las cuerdas a la Inglaterra del borrachín Gascoigne, David
Platt y ese Daniel San crecido que es Gary Lineker. Lo perdieron 2-3 por
mandarse todas las inocentadas juntas. Parecían no entender ni las reglas y eso
los hacía adorables. Se fueron ovacionados dando la vuelta olímpica en cuero. Se
los conoció como “Los Leones Indomables”. No sé Locke, Hobbes o Rousseau tenían
razón sobre cómo era el hombre antes de vivir en sociedad y creo que es una
pajereada propia de tipos que no levantaron una pala en su puta vida. Pero en
aquella época para mí el buen salvaje usaba tapones de aluminio. Te tiraba un
caño y si podía una patada al mentón.
24 años después nada queda de esos leones indomables. Al
león le pusieron saco y corbata y lo mandaron a trabajar a una oficina. Ese
Nigeria del 96’ que nos ganó los Juegos Olímpicos a nosotros (Sensini otra vez
en la foto) fue un ejemplo lamentable. Se volvieron como el resto. Fueron
comprados por los equipos de Europa y los domesticaron. Ahí mientras tomaban un
cafecito que parece brea al lado de la máquina de café escucharon las fórmulas
de los demás. Y ahí están. Cumpliendo horario de oficina. Sin tirar un caño,
sin meter un lujo al pedo, sin pegar una patada al pedo en donde le rompe el
fémur en ocho al rival. Nos dejaron de servir. Hoy en un momento rajaron a uno
por una trompada. A Song. Redemption Song. Pero fue una piña de atrás. Cagona, rastrera,
de miserable que espera que su compañero de laburo se vaya para masacrarlo en
el radiopasillo.
Por eso, como el mono Rafiki en El Rey León subiré a un
risco levantando una pelota evocando a los espíritus y esos dioses
inentendibles con forma de máscaras. Volved, volved a pegar. Mandad a la mierda
a esta puta sifilítica que es la civilización que nada bueno les ha traído.
Volved a jugar sin arcos, a tirar un taco innecesario en tu propia área chica a
riesgo de un cagadón, de pegar un patadón poniendo de cara de “yo no fui”.
Recordad a este tío que fue comido por algún guepardo. No olvidéis que vuestra
la velocidad la habéis adquirido huyendo de alguna alimaña. Vienen de un lugar
donde hasta las vaquitas de San Antonio son venenosas. Sé que una Lamborghini, las
modelos y los millones pueden ser tentadores. Pero hay que volver a abrazar lo
propio. Sois enfermedades venéreas. Aprovechad que esas enfermedad infunden
temor en todos los demás.
Volved a ser África.
3 comentarios:
Excelente
Moe Boe.
Quiero agradecerte por haber escrito este maravilloso texto. Tiene una combinación hermosa de poesía y de humor en las proporciones exactas que lo vuelve realmente extraordinario. Lo he leído muchas veces y lo he propagado entre mi círculo de allegados en lo que me ha sido posible, y créeme que mucha más gente lo ha disfrutado. Es sencillamente precioso. Sinceramente muchas gracias.
Saludos.
Publicar un comentario